SANTA JACINTA MARESCOTTI, VIRGEN ROMANA 30 enero Compatrona de Viterbo con S. Biagio, S. Jacinta Marescotti fue la caprichosa hija de un príncipe. Sufrió una injusta decepción amorosa y fue recluída por la fuerza en un convento. Allí conoció Cristo, su verdadero esposo y por su amor, cuidó luego con mucha paciencia a los ancianos y a los enfermos. Cuando se es hermosa, rica, y además noble de nacimiento, se cree que sea posible obtenerlo todo. Clarice, la hija de los príncipes Marescotti de Vignanello, así lo pensaba: desde joven soñaba con una vida cómoda y un buen matrimonio, pero los planes de felicidad que el Señor tenía para ella tomarían otros rumbos. Clarice estaba segura de que habría podido realizar sus sueños pues había conocido al joven marqués Capizucchi y se había enamorado de él. En cambio, los padres de Clarice habían decidido que la esposa del marqués fuera Ortensia, la hermana menor de Clarice. Un monasterio al puesto de un marido La decepción de Clarice fu...